Qué tienen en común el día Internacional de la Mujer y el día del Padre Faustino, fundador de la familia Calasancia?
¡Fácil! Que los dos se celebran el 8 de marzo.
¿Y algo más? Pues sí: que el Padre Faustino fundó el Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora dedicándolo a la educación integral de la infancia y la juventud y a la promoción de la mujer.
Esta es la historia de la fundación de la familia Calasancia y, por extensión, de nuestro colegio:
Era el año 1879 y a sus 48 años, el Padre Faustino había ejercido sus labores como sacerdote y maestro escolapio en Cuba, San Fernando (Cádiz), Getafe (Madrid), Celanova (Orense), Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), El Escorial (Madrid) y Monforte de Lemos (Lugo), compaginándolas con su dedicación al estudio y a la ciencia ("quien hace voto de enseñar, lo hace también de aprender").
En otoño de aquel año volvió a ser destinado a Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) por segunda vez. Su día a día, como cualquier escolapio, transcurría entre la oración, las clases, la biblioteca de la que se encargaba, los alumnos y el servicio sacerdotal en el confesionario.
A través del confesionario conoció a Catalina García y a una amiga suya, Francisca Martínez, dos jóvenes cristianas laicas muy comprometidas con la situación social del momento. Estas jóvenes, junto a otras dos mujeres, recogían a las niñas pobres del pueblo para enseñarles las primeras letras, y se referían a estas clases como "escuela de amigas".
Y es así, en el contacto cercano con la gente del pueblo, como el P. Faustino descubre algo que como educador le impresiona: que la educación no está al alcance de todos, y que las niñas son las más excluidas; hay muchas mujeres analfabetas y las niñas muchas veces no tienen ni siquiera acceso a estas "escuelas de amigas" y mucho menos a un centro educativo.
Él, según lo que le permitían sus ocupaciones como escolapio, dedicaba parte de su tiempo para colaborar en la escuelita con la explicación de algunas asignaturas y con la formación cristiana de las niñas y las encargadas.
En mayo de 1884, Catalina y Francisca, animadas por el P. Faustino, escriben una carta al Arzobispo de Sevilla expresando su deseo de ser religiosas y solicitando que se les apruebe la creación de una Congregación de religiosas dedicadas a la enseñanza. Reciben respuesta a su carta indicándoles que las congregadas continúen como hasta el momento, probando su vocación, pero sin resultar aprobada su solicitud de fundar una congregación.
Como educador nato, desde su vocación de escolapio, el P. Faustino estaba convencido de que solo una educación integral puede posibilitar a la mujer a desempeñar su misión y prepararle para todas las circunstancias de la vida. En otoño de 1884, tuvo la oportunidad de conversar sobre la proyecto con el cardenal Fray Ceferino González. El prelado, intuyendo que de allí saldría una gran familia religiosa que llevaría a las mujeres a salir del analfabetismo y la exclusión social, anima al P. Faustino a hacerse cargo del proyecto.
El 2 de enero de 1885, cuando el P. Faustino tiene casi 54 años, se aprueban las Bases de la Asociación de Hijas de la Divina Pastora y el P. Faustino, es nombrado Director de las mismas.
Él desea poner sólidos cimientos en la obra tanto a nivel religioso como a nivel educativo, y busca a una maestra titulada que pueda estar al frente del colegio como directora. En abril de 1885 comienza a funcionar el colegio, en octubre de ese mismo año el colegio es autorizado como Colegio Libre de Primera Enseñanza de la Congregación de Hijas de la Divina Pastora, y dos años después se aprueban las bases de manera definitiva.
Él desea poner sólidos cimientos en la obra tanto a nivel religioso como a nivel educativo, y busca a una maestra titulada que pueda estar al frente del colegio como directora. En abril de 1885 comienza a funcionar el colegio, en octubre de ese mismo año el colegio es autorizado como Colegio Libre de Primera Enseñanza de la Congregación de Hijas de la Divina Pastora, y dos años después se aprueban las bases de manera definitiva.
Como veis, el día del P. Faustino y el día de la Mujer tienen en común algo muy importante: la vocación de promover a la mujer como parte fundamental de la sociedad a través de la educación...
¡Feliz 8 de marzo!